miércoles, 10 de agosto de 2016

La imaginación es más importante que el concimiento

La clase comenzaba y la profesora exigió silencio. La ignorancia de los alumnos frente al pedido de la profesora, esta se molestó y decidió tomar una evaluación. El día anterior había mandado a leer un artículo sobre Albert Einstein y era perfecto para el tema de la misma.

Escribió en grande "La imaginación es más importante que el conocimiento". Los alumnos tenían que hacer un ensayo de por qué había dicho esta frase, y ciertos comentarios adicionales sobre el genio del siglo XX.

Toda la clase preocupada, miraba el papel incapaz de escribir nada. Todos, menos un alumno. Santiago. Un chico un toque distraído, pero muy optimista con todo lo que lo rodeaba y tenia una alegría distintiva en sí mismo. Una torpe alegría que cautivaba. Había sido amonestado por la profesora varias veces por vivir en las nubes. Le encantaba dibujar y cantar, aunque no tenía demasiado pulso ni un tono de voz muy favorable.

Santiago escribía y escribía y escribía. Los compañeros se empezaron a percatar de que lo hacía y se preocupaban por su propio trabajo. Vacío.

Finalmente es hora de entregar el examen, y los alumnos se van al recreo. La profesora empieza a ver los ensayos obsoletos de los alumnos, se encuentra con uno de varias paginas. Era el del pequeño optimista que sin haber siquiera leído el artículo escribió una inmensidad de párrafos en el tiempo que tuvo.

En el ensayo había escrito dos historias paralelas. Un joven que estaba lleno de libros, vivía detrás de la pantalla de sus anteojos leyendo todo el día. Estudiaba porque pensaba que era lo más importante de todo. Quería llegar a ser alguien y hacer a su padre orgulloso. En contraste estaba un niño que se pasaba el día jugando. Imaginaba historias para cada cosa que tenía, se reía todo el tiempo y disfrutaba cada momento de su juventud. Su cuarto estaba lleno de muñecos de acción y las paredes todas pintadas por el mismo.

Un día estos dos chicos se encontraron, y el estudioso empezó a jactarse de sus conocimientos. El otro niño le respondió a su arrogancia diciéndole algo que en verdad le afectó. "Tu crees que por leer ciertos libros puedes entender de que se trata la vida. La vida es vida porque es vivida."

La profesora rió ante el ensayo de Santiago. No le podía poner una nota sobresaliente, pero en verdad admiro lo que había leído. Hay cosas en las que el conocimiento no puede ser reemplazado, pero definitivamente la vida sin la imaginación sería un error.

No hay comentarios:

Publicar un comentario