miércoles, 26 de octubre de 2016

El arte de enseñar

En algún lado habré escuchado que hay tres actos que reflejan el amor de una persona hacia otra. Enseñar, curar, y bueno... el tercero no me lo acuerdo. Estos actos implican el ponerse en el lugar del otro. Requieren empatía y esfuerzo por parte de uno por entender al otro. Sufrir con el otro, emocionarse con el otro, sonreír con el otro. 
Enseñar no es solamente para el estudiante. Más allá de lo que el profesor pueda aprender del alumno, el hecho de haber ayudado a alguien, hecho a alguien mejorar, aprender, progresar es algo que refleja una fuerte autorrealización. 
Ser profesor es un oficio de mucho respeto. Tienen la responsabilidad de educar a las mentes jóvenes para los tiempos próximos, y justamente al ser para los tiempos próximos tendría que ser lo que antes evolucione. Tristemente las prácticas de enseñanza son las mismas de hace muchos años. Al preparar a los jóvenes para el futuro, tendría que evolucionar antes que ese futuro para el que los está preparando llegue, y aún así es de las ultimas cosas en cambiar. 
Sin embargo, ya hay muchas metodologías nuevas en el campo y se está avanzando hacia nuevas prácticas. ¿El viejo paradigma o el nuevo paradigma? ¿Cuál es el que tomará las riendas y al que se le podrá confiar el futuro de nuestros hijos? El tiempo va a darnos la respuesta. 

jueves, 20 de octubre de 2016

Sobre la adopción

Como ya les comenté, Tobi me cambió mucho mi forma de pensar, y quiero contarles ahora sobre una cosa en particular en la que más que cambiar de opinión, entender la valía del acto. La adopción.

Toda mi vida tuve la fuerte convicción de que quería un hijo con mi propia sangre, que haya nacido a partir del amor que sentía por alguien en algún momento determinado de mi vida. Creía que la adopción era más dirigida a las personas que no podían tener hijos o a esos locos filántropos que se veían por la televisión y les sobraba poder adquisitivo. En mi círculo, no había muchos que hayan adoptado a alguien, por no decir ninguno.

El haber encontrado a Tobi, el verlo tan agradecido y tan sufrido, tan lleno de amor para dar y tan falto de cariño por recibir me mostró una realidad que no desconocía, pero que ignoraba. Sea un perro, un gato, una persona, o quien sea, todos necesitamos a alguien. Más allá de las necesidades básicas que ese alguien nos pueda brindar, algo mucho más importante. Su afecto. Alguien que nos invite a formar parte de su familia. Me sorprendía mucho cuanto Tobi, aún sufriendo de hambre y teniendo la comida enfrente, repartía su tiempo entre comer y buscar mis caricias.

El acto de adoptar es un acto de amor puro. Es encontrar esa persona con quien compartir tu vida, y ayudarla a vivir la suya, y viceversa. El pequeño adoptado pasó por muchas experiencias fuertes buscando quien lo aprecie, quien lo cuide, y cuando uno lo encuentra, esta personita va a estar tremendamente agradecido. Muestran en su rostro principalmente un sentimiento. La esperanza. Pero también está en ellos el miedo. Miedo a que nada cambie. Miedo al abandono.Miedo a volver a sufrir.

Una persona dijo una vez que con verdaderamente ayudar a una sola persona ya nos ganábamos el cielo. No creo que haya un acto más valeroso que el adoptar, No ayudas solamente a quien le das una familia, sino que también nos ayudamos a nosotros mismos, y ganamos un sentimiento de autorrealización y generamos un vínculo con alguien para toda la vida.

jueves, 13 de octubre de 2016

Tobi

Hace dos semanas encontramos con una amiga un perro abandonado en la calle. Tenia un mes o como mucho dos y estaba muy enfermo. Tenia sarna que había avanzado por todo su cuerpo y lo llevamos para el campo. Mi familia no estaba y no sabia que tenía que hacer. No podía acariciarlo mucho porque la sarna era contagiosa, y no podía llevarlo a casa tampoco porque podía contagiar a nuestro otro perro que ya paso a ser un hermano mas que una mascota.

Elegí el nombre Tobi para este perro rescatado porque fue el primero que se me ocurrió. Mi cabeza explotaba de pensamientos. ¿Era correcto el haberlo agarrado al perro? ¿No podría haber evitado de esta forma que otra persona que tenga un mayor compromiso lo cuidara? ¿Cómo iba a poder hacer para mantenerlo con vida? ¿Cómo lo iba a curar? Más de la mitad de las preguntas todavía no encontré una respuesta satisfactoria. Tobi es un perrito increíble. Muy necesitado más que de comida, de afecto y cariño.

Tobi afecto mi forma de ver la vida de muchas maneras. Me hizo entender el valor de adoptar, y lo importante que es el amor en alguien, sea perro, gato, persona o no sé.. caballo. Me hizo entenderme más a mi mismo también. Siendo yo una persona muy solitaria, y al ver lo que afecta a Tobi su propia soledad y cuánto busca eliminarla. Me sentí muy reflejado en ese aspecto. A cada lugar al que iba Tobi me seguía. Se me pegaba mucho y jugaba con mi pantalón y sobre todo con mis zapatillas. No sé que tipo de fascinación tenia con mis zapatillas.

Otra de las cosas que me hacía dudar mucho era si tenía que acariciarlo o no. Si le daba el afecto que Tobi se merecía podía estar acostumbrándolo a eso y cuando me aleje de él (porque no podía llevarlo conmigo a casa) podía sentirse mal por la falta de lo que difícilmente se había acostumbrado a no tener.

Además todo el mundo me decía que no podía tocarlo por miedo al contagio. Pero ¿qué era la sarna en mí? ¿Una semana con algo de picazón? Podía controlarla si la llegaba a contraer, pero el no darle el cariño necesario a Tobi cuando podía hacerlo era algo de lo que me podía llegar a arrepentir.

En fin. Tenía muchas dudas respecto a todo. No sé si estoy haciendo lo que puedo o podría hacer más, pero quería compartir en este blog mi experiencia, todas las cosas que me dejó Tobi y que me va a seguir dejando y sobretodo si alguien puede ayudarme a encontrarle una familia sería increíble y estaríamos tanto Tobi como yo inmensamente agradecidos.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Un dia diferente

Quería aprovechar para compartirles una actividad que hice ayer. Domingo 4 de septiembre de 2016. Después de una noche de haber salido, mi hermano se despierta temprano y se empieza a preparar, porque había organizado con un amigo nuestro para hacer algo. Lo que habían decidido hacer era tirarse con un paracaídas. Era algo único y pensé que tenía que acompañarlos y estar ahí para verlos.

Mamá no quería ir por el pánico que tenía y se quedo en la casa, pero cuando decidimos todos ir como un viaje familiar y con amigos a comer y pasar el día allá, no le quedo otra alternativa que venir.

No era muy largo el viaje que teníamos que hacer, pero en ese tiempo se me metió algo en la cabeza. Quería saltar. Tenía mucho miedo, estaba paralizado por la situación, pero sabía muy adentro mío que tenía que hacerlo. Tenía que superar mi miedo y animarme a dar ese paso. En ningún momento estuve 100% seguro de que era lo correcto para hacer. Incluso cuando me anoté le pregunte varias veces a la mujer que nos anotó si en algún momento podía bajarme. Me respondió que no había problema con eso, pero me dijo también que nadie de los que saltó se arrepintió de hacerlo.

Mi hermano y mi amigo saltaron juntos y fueron antes que yo a hacerlo. Tenía muchas dudas y miedos, así que lo primero que hice cuando llegaron al suelo es preguntarles mil cosas. Mi turno era el siguiente. No estaba decidido aún pero me dejé llevar por la situación. Me dije a mi mismo que puede que no tenga el valor suficiente para decir que sí, pero tenía que aguantar con el valor que al menos tenía para no decir que no. Trataba de poner mi mente en blanco y no pensar en lo que estaba a punto de hacer. Me pusieron el arnés, me llevaron al avión y subimos.

Los nervios aumentaban con cada metro que nos alejábamos del suelo. El instructor con el que me tiré me hablaba, y yo respondía automáticamente, casi sin pensar en la respuesta que le daba. Miraba por la ventana. Cada vez mas pequeñas las cosas, las vacas, todo.

En un momento me dice que vamos a abrir la puerta. Mi corazón latía a mil. Había una pequeña plataforma en la que teníamos que pararnos para después saltar. El viento estaba terriblemente fuerte. Moría de miedo. De la forma en que pude, me puse sobre la plataforma y de ahí el tipo hizo el movimiento para que saltemos. Fue lo más increíble que hice en mi vida. Nunca nada se comparó a esos 30 segundos de pura euforia. No podía respirar bien en la caída y mi corazón no sabía con exactitud donde estaba. Cuando el instructor abrió nuestro paracaídas, mi cuerpo todavía estaba en shock. Tenía frío y pánico, pero corría por mi cuerpo una adrenalina increíble. Todo se sintió tan bien.

El momento inicial fue impactante, pero la bajada en el paracaídas no se quedo atrás en hacernos a los tres pasar unos momentos únicos. Todo ese miedo que sentía hasta que llegue al suelo no se fue todo, pero valió totalmente la pena el haberme armado de valor suficiente para hacerlo.

Toda la aventura estuvo filmada y cuando volvimos lo primero que hicimos fue mirar los videos y las fotos. Le hablé a todos mis amigos de la locura que hicimos y les pase algunos videos y fotos. Por más increíble que sea una experiencia, si no es compartida no es lo mismo.

Voy a recordar ese día por siempre y definitivamente tengo que volver a saltar!

lunes, 22 de agosto de 2016

El derecho es el conjunto de condiciones que permiten a la libertad de cada uno acomodarse a la libertad de todos.

"El derecho es el conjunto de condiciones que permiten a la libertad de cada uno acomodarse a la libertad de todos." El profesor dictaba en la clase. Se le notaba el cansancio de la mañana en su tono de voz. Los estudiantes anotaban lo que decía, faltos de energía, solo la suficiente para mover la lapicera y dejar registrado todo en el cuaderno.

Un estudiante situado cerca de las primeras filas no podía terminar de concentrarse. Anotaba todo lo que el profesor decía, pero cada vez se sentía más extraño. Al profesor pronunciar esta frase, él la anoto sin vacilar, pero apenas termino de escribir, se puso melancólico a pensar. Qué fácil sería la vida si las relaciones sentimentales con las personas estuviera regulada.

El joven ya había perdido totalmente la atención y no estaba en condiciones de siquiera escuchar lo que el profesor decía. Desde su locura, empezo a escribir un código. Un manual que detallase las reglas que una relación sana entre dos personas debería tener. Las reglas estaban basadas en la empatía y en el cuidar de la otra persona. Ser atento y evitar todo tipo de daño emocional a cualquiera.

Las normas escritas por él parecían coherentes unas con otras, pero algo se le metió en la cabeza de repente. No podía reglamentar el todo de la vida. Una vida regulada no sería vida. No todo puede ser medido y controlado. Este joven estudiante entendió que si quería a una persona, la quería con todo y sus fallas, iba a dejar de tratar de cambiar a la persona que quería y por fin... desde una posición de igualdad... la iba a querer.

miércoles, 10 de agosto de 2016

La imaginación es más importante que el concimiento

La clase comenzaba y la profesora exigió silencio. La ignorancia de los alumnos frente al pedido de la profesora, esta se molestó y decidió tomar una evaluación. El día anterior había mandado a leer un artículo sobre Albert Einstein y era perfecto para el tema de la misma.

Escribió en grande "La imaginación es más importante que el conocimiento". Los alumnos tenían que hacer un ensayo de por qué había dicho esta frase, y ciertos comentarios adicionales sobre el genio del siglo XX.

Toda la clase preocupada, miraba el papel incapaz de escribir nada. Todos, menos un alumno. Santiago. Un chico un toque distraído, pero muy optimista con todo lo que lo rodeaba y tenia una alegría distintiva en sí mismo. Una torpe alegría que cautivaba. Había sido amonestado por la profesora varias veces por vivir en las nubes. Le encantaba dibujar y cantar, aunque no tenía demasiado pulso ni un tono de voz muy favorable.

Santiago escribía y escribía y escribía. Los compañeros se empezaron a percatar de que lo hacía y se preocupaban por su propio trabajo. Vacío.

Finalmente es hora de entregar el examen, y los alumnos se van al recreo. La profesora empieza a ver los ensayos obsoletos de los alumnos, se encuentra con uno de varias paginas. Era el del pequeño optimista que sin haber siquiera leído el artículo escribió una inmensidad de párrafos en el tiempo que tuvo.

En el ensayo había escrito dos historias paralelas. Un joven que estaba lleno de libros, vivía detrás de la pantalla de sus anteojos leyendo todo el día. Estudiaba porque pensaba que era lo más importante de todo. Quería llegar a ser alguien y hacer a su padre orgulloso. En contraste estaba un niño que se pasaba el día jugando. Imaginaba historias para cada cosa que tenía, se reía todo el tiempo y disfrutaba cada momento de su juventud. Su cuarto estaba lleno de muñecos de acción y las paredes todas pintadas por el mismo.

Un día estos dos chicos se encontraron, y el estudioso empezó a jactarse de sus conocimientos. El otro niño le respondió a su arrogancia diciéndole algo que en verdad le afectó. "Tu crees que por leer ciertos libros puedes entender de que se trata la vida. La vida es vida porque es vivida."

La profesora rió ante el ensayo de Santiago. No le podía poner una nota sobresaliente, pero en verdad admiro lo que había leído. Hay cosas en las que el conocimiento no puede ser reemplazado, pero definitivamente la vida sin la imaginación sería un error.

sábado, 30 de julio de 2016

Ser primero no siempre significa ganar

El día de ayer presencié la competencia más impactante en mi vida. Fui a una pelea de boxeo que me invito un amigo. Peleaba su hijo de 17 años. Era una competición amateur y su peso era de 61 kilos, por lo que peleaba en peso Welter ligero.

Conocía la naturaleza segura y valerosa, pero no fue hasta la final de la competición que ésta empezó a brillar. Peleaba contra alguien claramente más grande que él, y fisicamente más fuerte. Estaba entre los 64 kilos, pero definitivamente parecía mucho mayor. Había ganado todos las anteriores peleas con knock out.

Cuando empezó la pelea, ni el entrenador ni toda la audiencia notó una pizca de inseguridad en el joven, aún peleando con semejante bestia. Al principio se mantuvo en la distancia, midiendo la fuerza del rival y su alcance. El joven era rápido, y cuando encontró la oportunidad lo golpeó de contra y se alejó rápidamente, esquivando así un golpe cruzado que el rival en su intento de protegerse lo arrojó. Cuando la bestia busca venganza lanzando un directo, recibe sin percatarse de que el otro peleador lo había golpeado, un gancho en el hígado. La audiencia atónita miraba como el pequeño trataba al gigante como un niño, pero todo cambio cuando el primero se tropezo.

No había logrado un golpe su rival, por lo que la caída no conto como knock down. El problema es que se había doblado el talón, y si bien podía pararse y moverse, perjudicó su velocidad. Ahí fue cuando comenzó la carnicería. Surgió la misma situación pasada, directo a la cabeza, pero esta vez, el joven no pudo esquivarlo y contraatacar. Lo recibió de lleno, y se mantuvo en pie.

Viendo que el otro peleador no se había caído, avanzó rápidamente a por una ola de golpes. En la cara, en el estómago, en el hígado. El pequeño titán estaba soportando un gran daño, y ni el casco podía amortiguar tales impactos.

Finalmente cae. En el padre se le ve una mirada de triste satisfacción. Satisfacción por que su hijo no recibía más golpes. La audiencia callada. De repente el padre, mi amigo, se para súbitamente de la silla. El joven estaba en su intento de levantarse.

Cuando puede ponerse en dos patas, el referí  le pregunta si puede continuar. Responde asintiendo la cabeza, y la pelea continua. Se acerca la bestia confiado por ya ver su victoria, y busca nuevamente el knock out. Desde la guardia de tortuga, el pequeño recibe sus constantes golpes. Una y otra vez, y se mantiene en pie. Finalmente un golpe en el mentón que entra desde abajo lo hace caer.

El referí empieza la cuenta. El padre cerrando los ojos lo acompaña en voz baja, casi susurrando. En el 9 se logra levantar, y todo el sufrimiento parece volver.

Esta vez, el joven intenta lanzar jabs para alejar a su rival. Ya empezando a cansarse, el gigante se acerca velozmente y lanza un directo, pero algo estaba mal. Cuando lanzaba el directo, ve en su oponente unos ojos decididos a ganar. La guardia baja, como preparado para contraatacar, y ve que se mueve hacia un lado. Un directo de contra recibe con toda la fuerza de su directo original, y adicionado con la propia fuerza del joven rival. El grandote cae.

Toda la audiencia se sorprende, y empiezan a aplaudir, pero la pelea no había terminado. Estoy seguro que en ese momento de estar en el piso, muchas cosas se le habrán pasado por la cabeza. No estaba inconsciente, pero le costaba moverse. Se logra levantar y se reauda el combate.

En este último minuto del último round, se sentían los corazones de ambos peleadores. Dando todo lo que tenían. El hijo de mi amigo golpeaba mas veces y entraban con mejor precisión, pero los golpes del rival llevaban mas peso consigo. En un momento, se notó que su cuerpo le falló, y comenzó a caer. Instintivamente la bestia, con un uppercut golpea violentamente al joven cuando aún caía. El golpe tuvo un impacto terriblemente fuerte, y levantó a éste, solo para despues volverse a caer. Esta vez no logró levantarse.

Cuando la cuenta regresiva termina, el peleador en pie cae en sus propias rodillas, y pierde toda la fuerza en sus brazos. La audiencia no para de aplaudir ante semejante espectáculo. Ambos peleadores estuvieron increíbles, pero la valentía del pequeño llegó a los corazones de todos.

No había logrado ganar la pelea, no había logrado salir primero, pero este boxeador se había ganado el respeto de su oponente y de todos los videntes, y había probado tener un corazón capaz de seguir peleando sin importar qué.

viernes, 29 de julio de 2016

Me das más miedo que antes

"Me das más miedo que antes" me dijo mientras reía. Recostados en la cama la besé y volví a mi posición original con la almohada. En el fondo sabía que era un comentario tonto, pero por alguna razón pensé que podría tener algún significado oculto. ¿Qué querrá decir con eso? ¿De qué tendrá más miedo? ¿Tendrá miedo de que le dañe físicamente? ¿Por qué ahora tiene más miedo que antes? ¿Antes no lo tenía o sí lo tenía? ¿Que habrá querido decir con eso?  ¿Tendrá miedo de enamorarse de mí? Al momento en que pensé esta última pregunta sonreí tímidamente. Luego mi bajo autoestima entró en acción y la descarté inmediatamente. ¿Cómo alguien podría enamorarse de mí?

Ella era una chica muy especial. Era demasiado buena como para alguien como yo. Era muy alegre, irradiaba energías positivas (no se si existen las energías positivas, pero si lo hicieran, ella definitivamente las tenía), sonreía y te calmaba el alma.
Mi cabeza siempre divagaba, pensaba miles de cosas al mismo tiempo, tenía insoportables dolores de cabeza constantes. Pero cuando estoy con ella no pienso en nada. Me porto como un estúpido, hago todo lo que en situaciones normales nunca haría.

"Me das más miedo que antes". ¡Vos me das más miedo que antes! No quiero sentirme vulnerable. No quiero volver a enamorarme. No quiero pensar tanto en vos como lo hago. ¿Qué es lo que voy a hacer? ¿Como voy a poder controlarme? La vida es injusta, porque cuando uno más quiere es cuando te arrebatan lo que tenes. Si te quiero, te pierdo. Si te tengo, te quiero. Si te quiero, te quiero.

"Me das más miedo que antes". No sé porqué lo habrá dicho, pero sí sé el porque lo diría yo...

jueves, 28 de julio de 2016

Avatar del Caribe Mexicano de Corazon

En la misteriosa isla de Corazon, un pirata arriba sin seguir rumbo alguno. Esta es la única manera de llegar. Cuenta la leyenda que quien busque llegar a esta isla, nunca la encontrará, sin embargo quien no tenga interés alguno o desconozca sus leyendas, sin darse cuenta entrará en las hermosas aguas de esta isla.

Este pirata cuyo nombre se desconoce poseía una peculiar barba de gran tamaño y de un color azulado. Los mitos relatados por los habitantes de corazon contaban muchas aventuras de un pirata barba azul. Un pirata proveniente del Caribe Mexicano que llegó a esta isla y les enseñó a sus habitantes a cultivar, criar ganado y muchas cosas más de donde él venía. No se conocía el tiempo exacto en que esta leyenda tuvo lugar, ni su veracidad, pero se creía que fue hace mas de 400 años.

Los lugareños deidifcaron al pirata recien llegado. Pensaban que sería el avatar del pirata del caribe mexicano. Un pequeño niño talló una estatua de él, lo trataban como a un dios. Cualquier persona hubiera matado por ser él. Todo podría ser perfecto, pero este pirata tenía una hija. Una hija a la cual amaba mas que a su vida y estaba decidido a regresar a su tierra por ella. El problema es que sabía que los corazones no lo dejarían, pero no podía dejar de intentarlo.

Cuando presentó su intención de volver, el rey de la isla lo mandó al calabozo mientras preparaban un ritual de sacrificio. Querían que se quedara para siempre en la isla como un espíritu protector, y habían decidido que la forma de lograrlo sería ejecutándolo.

Pensó mucho en como escapar, pero la isla no contaba con muchos barcos, por lo que tenía que utilizar el bote con el que llegó. El bote con el que la tripulación de su barco lo arrojó al océano. El bote que representaba su fracaso como capitan, que representaba al motín.

Inteligentemente, el pirata recomendó hacer una ejecución privada, para que sea lo mas silenciosa y religiosa posible. En ese momento, sabiendo que por sus naturalezas pacíficas, los corazones no sabían pelear, los atacó y se emprendio en su huida.

Vestido de lugareño robó su propio bote de las manos de unos pesqueros y salió al océano.

Nunca se volvió a saber de este pirata. No se supo si llegó a pisar nuevamente tierra firme o si se logró reencontrar con su hija. Lo único que quedó de él fue la estatua que talló aquel niño de Corazon del pirata del avatar del Caribe Mexicano.